De las emociones que tanto curvas como destino pueden despertar despiertan (qué narices!)
Algunas son las curvas que he recorrido, parte de carreteras que llevan a destinos tan variados como lo son sus vértices. En todas pienso que dejo algo de mí para que despierte mis emociones cuando vuelvo y me recuerden el camino a modo de baldosas amarillas. Hay a quien algún olor o algún sabor les evoca otro tiempo, otro mundo. Yo, qué le vamos a hacer, lo evoco con el asfalto.